Es una afectación a nivel
salud mental que se caracteriza por oscilar de un extremo al otro del estado de ánimo.
Las personas presentan episodios de
manía, es decir tener un estado de ánimo muy alto y de mucha
vitalidad; se sienten muy hiperactivos, animados, excitados, eufóricos. Se generan muchos cambios de humor, sentirse irritable, con ansiedad, con inquietud o tener risa sin poder parar.
Pueden presentarse algunos
otros síntomas:
- Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
- Disminuye la necesidad de dormir. Con dormir 3 horas se sienten descansados.
- Más hablador de lo habitual o presiona para mantener la conversación.
- Sus pensamientos van a gran velocidad y fuga de ideas.
- Se distraen con mucha facilidad ante cualquier estimulo.
- Aumenta su actividad a un objetivo en especial, puede ser algo social, laboral, educativo o sexual.
- Agitación psicomotora, actividad sin ningún propósito sin un objetivo.
- Participan de actividades que pueden traer consigo consecuencias dolorosas, comprar de manera compulsiva, inversión de dinero y juegos, o actos sexuales de riesgo, abuso de sustancias o alcohol.
Durante los episodios
depresivos la persona presenta un estado de ánimo depresivo, se siente triste, con sentimientos de
vacío o sin esperanza. Puede disminuir el interés por las actividades que antes disfrutaba, no obtiene
satisfacción al realizarlas.
Otros síntomas son:
- Pérdida de peso importante sin hacer una dieta, cambios en el apetito.
- Sensación de mucho cansancio o de poca energía.
- Insomnio o hipersomnia.
- Ideas sobre la muerte y el suicidio, elaboración de plan específico.
- Baja concentración, no poder pensar o tomar decisiones.
- Desesperanza en relación al futuro.
- Sentimiento de culpa, de inutilidad o baja autoestima.
- Los síntomas del episodio depresivo duran la mayor parte del día y pueden presentarse casi todos los días por al menos dos semanas.
Tanto los episodios maníacos como los depresivos pueden causar dificultades importantes en todos los
aspectos de la vida, incluidas las actividades en el hogar, el
trabajo y la escuela. En ocasiones, el paciente necesita atención especializada para que no se haga daño a sí mismo o a los
demás.