Depende de la historia de la pareja, tenemos dos escenarios:
Uno donde la pareja lleva años de comunicación, reciprocidad, respeto, crecimiento, y simplemente cruzo por un periodo de bloqueo, distancia y alto estrés que derivó en una infidelidad.
O está el escenario en que la pareja lleva años de pésima comunicación, violencia, indiferencia, estancamiento, y la infidelidad es sólo una cara más de la misma moneda.
Valdría la pena preguntarse ¿Para qué quiero intentarlo de nuevo? ¿A dónde quiero regresar? A la incomodad a la que bien me he acomodado, como cuando uno se pone zapatos que aprietan, pero durante el día se le olvida, hasta que llega a casa y nota el daño.
Esto sería sólo un reflejo de la gran insatisfacción que sentimos por nosotros mismos; es como desearle el mal a un enemigo.
Recuerda que acomodarse no es estar cómodo, es sólo haberte aclimatado.
¿Cómo es el ambiente de tu relación?
¿Te gustaría que un hijo se acostumbrara a ese ambiente para buscarlo en su futura relación?
¿La infidelidad fue un cambio en el ambiente, o es un reflejo del ambiente acostumbrado?
Sólo hasta que te muevas podrás comparar en dónde estás más cómodo.
¿Sera esta infidelidad el momento de comprobar que es el mejor lugar para estar o el momento para comprobar que es mucho mejor estar en otro espacio?
Ene. 11, 2023